En la década de los 30, Valencia presentaba un aspecto bien distinto al actual. Zonas como Benicalap permanecían ajenas del núcleo urbano y las fiestas falleras, cuyos ecos llegaban desde la capital, eran una celebración desconocida para los vecinos del entorno. A algunos de ellos les empezó a picar el gusanillo y decidieron probar a montar su propia comisión. Hubo muchos intentos fracasados que no llegaron a fructificar en aquella época. No era fácil conocer el procedimiento y llevarlo a cabo. Pero por fin sonó la flauta en la primavera de 1930, cuando un joven labrador vio su sueño cumplido al fundar Avenida Burjassot-Padre Carbonell. Emilio Roig fue el impulsor de la iniciativa. Las primeras juntas se realizaron en casas particulares del conocido como Camino viejo de Burjassot. LAS PROVINCIAS fue el diario que publicó los bocetos de los primeros monumentos que se alzaron en marzo de 1931. Desde entonces se conocen popularmente como falla Benicalap, por se la primera que vio la luz en el barrio.

A lo largo de los años han vivido anécdotas de todo tipo. En sus inicios realizaban el tren fallero donde se disfrazaban y recorrían las calles en el tranvía que pasaba por allí hace décadas. Aquello pasó a la historia, pero hay otras tradiciones que mantienen como el baile en honor a la fallera mayor que convocan todos los 16 de marzo. En él toda la comisión se viste con el traje regional. En pasacalle nocturno y con antorchas acuden a la casa de la máxima representante. En esa misma velada suelen hacer la entrega de insignias.

Los miembros de Avenida Burjassot-Padre Cabonell destacan por su afición al truc. Suelen convocar campeonatos en el casal donde se reúnen cerca de 300 personas, tanto falleros como amigos. Algunas de ellas se desplazan desde Aldaia o Gandía para pasar el día en la comisión donde se les invita a almuerzo y comida gratis.

Son buenos bailarines. En playbacks infantiles han ganado varios premios seguidos y los de mayores se retomarán este año. Ganar tiene su precio, todos los viernes hay ensayo en el casal.

La crisis la han notado, pero la compensan haciendo fiestas como l'apuntà, paellas o la verbena de San Juan donde pueden conseguir nuevos falleros.
Desde su fundación han contado con tres chicas en la corte de honor y una fallera mayor infantil de Valencia, Elena Bonet, que salió elegida en 2001. Entre sus falleras de honor destaca la presencia de Angelines Morales, antigua locutora de RTVE.

La falla Benicalap permaneció durante 11 años en la sección Especial y más tarde bajaron de categoría. «Este año la grande pasa de sexta B a primera B, mientras la pequeña lo hace de tercera a segunda», explica el presidente Álvaro Herrero.

Máximos representantes
Isabel Pérez será la fallera mayor de este ejercicio. Quería llegar al cargo desde hace más de 20 años y ahora lo coge con ganas. Fue elegida el pasado 4 de mayo por voto secreto y desde aquel momento, sueña con que llegue el día de la Ofrenda. «A veces paso por la zona de la Basílica y me emociono sólo de pensarlo», comenta. Está muy integrada en la falla y durante una década ha sido la maestra de ceremonias de la presentación. Otro de sus actos más esperados es la recogida de premios: «Me encanta el ambiente que presenta el centro de Valencia ese día don tocan charangas y los turistas miran sorprendidos», afirma.

Compartirá su reinado con Blanca Sebastiá, la fallera mayor infantil. Ella se lo pasa en grande en las cenas de la comisión y cuando llega el momento de la cremà. También espera con ganas el momento en el que le entregue el ramo a la Virgen de los Desamparados.

Junto a ella estará el pequeño Aitor Herrero, que es el presidente infantil. Como no puede ser de otra forma, es un gran jugador de truc.
Desde Benicalap calientan motores para unas Fallas 2013 que se prevén inolvidables.