Unas 50.000 personas han comenzado a vestir de claveles rojos, blancos y rosas el enorme manto de la Virgen de los Desamparados, patrona de Valencia y el epicentro devoto de las fiestas de Fallas, que durante dos tardes convierte las calles de la ciudad en un inacabable desfile de música y color.

A partir de las cuatro de la tarde, y a través de dos de las principales arterias del centro histórico de Valencia, las comisiones falleras ordenadas por sectores han comenzado a dirigirse hacia la plaza de la Virgen, entre la Catedral y la Basílica, para dejar sus ramos de claveles a los 42 "vestidores" que se encargan de colocarlos en el catafalco de diez metros de alto.

Conforme pasen las horas, el secreto diseño del manto irá desvelando su dibujo y colorido, mientras la mayoría de las falleras, de todas las edades y ataviadas con las indumentarias típicas valencianas y huertanas, cumple con la tradición y rompe a llorar al ofrecer sus flores a su patrona.

El año pasado se batió el récord de participantes en este acto, al haber congregado a un total de 105.443 personas, de las que 94.278 eran integrantes de las fallas y casas regionales y 9.165 pertenecían a las cientos de bandas de música que acompañan a las comisiones durante el desfile.

La ofrenda a la Virgen de los Desamparados es un festejo que se introdujo en 1945 en el calendario festivo de las Fallas, en unos momentos de plena vigencia del nacional-catolicismo impuesto por el régimen franquista.

El desfile adquirió pronto connotaciones multitudinarias y aunque en los años 60 se intentó limitar la participación, pronto se convirtió en unos de los actos más sentidos por las falleras y falleros, que expresan de esta forma el fervor por su patrona, la que inclina su cabeza para ver a los fieles más desprotegidos; por ello se la conoce popular y cariñosamente como la "Geperudeta".

Por la calle de San Vicente Mártir desfilan hoy las fallas que integran los sectores de Mislata, Olivereta, Zaidía, El Carmen, Benicalap, Campanar, La Roqueta-Arrancapins y Carrera Malilla-Isla Cabrera, mientras que por la calle de la Paz discurren las comisiones de Malvarrosa-Cabanyal-Beteró, Algirós, Poblats al Sud, Quatre Carreres, Pla del Remei-Gran Vía y Benimamet-Burjassot.

Ya de madrugada, cerrarán este cortejo las casas regionales y la Fallera Mayor Infantil, Ariadna Galán.

En total serán entre nueve y diez horas de desfile en esta primera jornada de la ofrenda, que unidas a otras nueve o diez horas de mañana, convierten a la Ofrenda en un acto maratoniano y en el de mayor participación de falleros.

Los horarios de la Ofrenda

Precisamente, el Ayuntamiento anunció el año pasado su intención de buscar "una solución" a los horarios de la Ofrenda, especialmente después de que la Fallera Mayor entrara en la plaza de la Virgen a las tres de la madrugada, por lo que se intentará agilizar el desfile de las comisiones y evitar los cruces conflictivos de las dos vertientes que ralentizan la marcha.

Valencia ha vuelto a vibrar hoy con la "mascletà" disparada por Pirotecnia Valenciana ante miles de personas que abarrotaban la plaza del Ayuntamiento y que ha sido contemplada desde el balcón consistorial por la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega.

Y entre miles de estruendos pirotécnicos en cada rincón de la ciudad, miles de personas cumplen con el ritual de contemplar las ironías y las ensoñaciones artísticas de los 760 monumentos falleros antes de que el próximo viernes sean pasto de las llamas purificadoras que anunciarán la Primavera.

Las trece fallas de la sección Especial siguen siendo las más visitadas y especialmente hoy la de Convento Jerusalén, que anoche acabó con el reinado de los seis últimos años de Nou Campanar y se alzó con el primer premio del jurado de la Junta Central Fallera.

En cuanto al multitudinario disparo de la "Nit del Foc" de mañana en el antiguo cauce del Turia, la empresa Pirotecnia Caballer anuncia que recupera este año una carcasa tradicional de estilo clásico que combinará con la más avanzada tecnología para conseguir una mezcla de sonido, color y efectos pirotécnicos que el público percibirá desde cualquier sitio que rodee la zona de disparo.