La primera promoción de artistas se hace hueco

valencia. La primera promoción de profesionales formada en el ciclo de Artista Fallero y Construcción de Escenografías ya ha echado a volar. De los 25 alumnos que inauguraron esta especialidad, son ya 13 los que se están haciendo un hueco en el difícil mundo de las fallas.

Como todo inicio, siempre cuesta encontrar una cuota de mercado, pero esto no ha sido impedimento para que la nueva era de artesanos meta cabeza en el taller de alguna gran firma o que incluso se lancen a la 'piscina' y proyecten su primer monumento en solitario.

Las fallas de 2015 están a punto de salir a la calle y, entonces, se verá cómo se han desenvuelto solos o con otros artistas.

Uno de los que se ha decidido a firmar proyectos es Ramón Solaz. Sorprendentemente este joven es arquitecto, pero además ha querido probar suerte como artesano.

«Primero estudié Arquitectura y ahora he conseguido completar la formación de artista fallero. En realidad ya llevaba varios años haciendo fallitas y ahora firmo dos en solitario», indica. Plantará la grande de Lloma Llarga-Valterna por cuarto año y otra más de Paterna, la infantil de Vicente Mortes.

«La grande va sobre la picaresca y el Lazarillo de Tormes y aparecerán personajes como Urdangarin, la infanta Cristina o Nicolás. Aunque es la grande, medirá unos cuatro metros», explica.

En la infantil de Vicente Mortes el tema son los sueños y se hablará por ejemplo de sus distintas fases; de los guardianes de los sueños o de los hijos del dios Sueño.

Ramón Solaz explica que ha sido muy disciplinado en las horas de trabajo «porque una de las cosas que primero nos enseñan en el curso es que no nos puede pillar el toro. Comencé haciendo seis horas diarias y ahora entre ocho y diez. El día 1 quiero tener la falla infantil terminada para cumplir con el calendario».

Ramón hizo prácticas con el artista de fallas infantiles David Moreno. «En esas prácticas se aprende mucho de la manera de trabajar y los pequeños trucos», indica. Ahora dice que está buscando su propio estilo «porque como arquitecto, las líneas siempre son más rectas».

Otro ejemplo es Isabel Falcó, está ultimando su trabajo final de curso, pero antes de terminar ya ha encontrado un hueco en el taller de Javier Álvarez-Sala Salinas, taller que ilustra la imagen del reportaje.

Isabel es madrileña, aunque veranea en Cullera, donde reside su abuela. «En abril hice prácticas en el taller de Javito y de momento sigo. Venía de bachillerato artístico y luego hice tres años en una escuela de ilustración. Me enteré del curso de artista fallero y escenografías y no me lo pensé». Asegura que todavía no se cree que esté en este taller que realiza varias fallas de Primera.

Este año le lanzaron el reto de hacer el diseño junto con Javito de la falla Telefónica «y a partir de esto me han pedido colaboraciones de diseño en Císcar-Burriana, para Juan Lluch y para Ximo Foix de Benicarló». Isabel Falcó reconoce que le encantaría especializarse como diseñadora de fallas «porque mola ver cómo pasa el dibujo a 3 D». También se defiende en pintura. «Javito me está enseñando mucho a perfeccionar el color y a dar importancia a los detalles», explica.

Si Isabel explica que le encanta diseñar, a su compañera Mónica Antequera le gustaría dedicarse a los guiones de falla, algo lógico, ya que es periodista. Esta artista fallera se ha lanzado este año ha crear la falla infantil de su comisión, Mossén Sorell-Corona. «He ayudado en el gremio a remodelar la web e hice prácticas con Ximo Esteve. Trabajando en un taller aprendes mucho, sobre todo a perder el miedo al 'suro blanc'», comenta.

Ahora planta en solitario y apunta que Esteve le ha asesorado en la carpintería. Su monumento lleva por lema 'El viatge a la rentadora'. «Se ve todo el proceso, desde la cesta con ropa sucia, hasta el planchado y doblado».

Una falla que huele

Utiliza materiales como madera y tela y sólo habrá dos piezas de corcho. «La plancha hará el ruido del vapor y la falla olerá a limpio, como la ropa recién lavada».

Para el diseño ha contado con Dario López, diseñador gráfico toledano. «Además, como me interesa mucho la parte comunicativa hemos hecho en la falla un llibret propio para la falla infantil con dibujos para colorear y un cuento que creé y que lleva dibujos de Paco de la Torre, artista que tiene hasta obra en el IVAM y el Reina Sofía». Mónica asegura que en todo este proyecto hay mucho marketing, «de hecho doy clases en Esic. Haremos camisetas con el tema de la falla».

Víctor Díaz, otro de los nuevos artistas, toca otro palo. Lo suyo es la carpintería. «Antes de empezar el curso de artista fallero hice un grado medio de carpintería de mueble», explica.

Hizo prácticas en el taller de Manolo García, el maestro de la carpintería y de la vareta, «y ahora estoy con otro grande, Manolo Martín. Igual lijas, que empapelas o moldeas, pero lo que más me gusta es la estructura de las fallas», reconoce.

Borja Lorente, de Alzira, está haciendo tres proyectos: para Plaza del Forn y Luis Suñer de Alzira y la comisión local de Alberic. Este joven tuvo la suerte de hacer las prácticas con uno de los grandes: Julio Monterrubio. «Además de enseñarme la importancia de los detalles en la pintura y de saber sintetizar, me di cuenta del respeto que tiene por la profesión y que aunque lleve muchos años, nunca pierde la ilusión», según Lorente.

Ahora las fallas que planta llevan presupuestos pequeños «no puedes vivir de ello, pero me ayudará a romper la mano y ojalá pueda entrar en un taller o hacer fallas infantiles». Junto a este artesano, hay otras dos compañeras que también se abren camino en Alzira: Nuria Ferragut y Cristina Barberá.

En el taller de Vicente Llácer, otra primera espada de las fallas, trabaja ya Borja Llorens. Este nuevo artista hizo también sus prácticas con Llácer «y de momento me he quedado». A Llorens le encanta el proceso del modelado, «porque vengo de un ciclo superior de escultura». El año pasado ya tuvo la posibilidad de modelar y ahora tanto él como otro compañero, Gabi Escalera, han colaborado en la creación de la falla Plaza San Juan de Xirivella que lleva el taller de Llácer.

Otra compañera, Geraldine Bärsch, es argentina de origen pero lleva diez años en Valencia. «Hice prácticas con José Luis Platero. Lo que más me gusta es la pintura. Me gustaría especializarme en decoración de espectáculos». Este año colabora con Platero en fallas como Mercado de Castilla.

Como buenos compañeros de clase, todos ellos siguen conectados «e incluso intercambiamos descubrimientos, conocimientos y trucos», indica Mónica Antequera.