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Urgente Muere el mecenas Castellano Comenge

Cinco pasos para seguir la plantà

El primer impacto visual, una de las claves

Isabel Domingo

Lunes, 14 de marzo 2016, 00:24

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Idas y venidas de grúas. Pinceles, botes, plásticos o soportes de madera esparcidos por doquier. Instrucciones para encajar las piezas recién salidas del taller. Es el ajetreo que estos días se observa alrededor de las casi 400 fallas que hay en Valencia. Se acerca la noche de la plantà y todo tiene que estar listo.

A partir de ese momento, miles de ojos analizarán todos los detalles de los monumentos y harán sus propias quinielas para los premios, que se conocerán mañana y el miércoles. Pero ¿cómo hay que mirar una falla?, ¿qué hay que tener en cuenta cuando uno se sitúa delante de ella? Dos artistas falleros de reconocido prestigio, Ramón Espinosa y Ramón Ferrer, hablan con LAS PROVINCIAS y dan algunos consejos para ese diálogo que se establece entre espectador y monumento.

Si hay algo que ambos dejan claro es que, desde el primer momento, la falla tiene que atraer al espectador, por lo que el impacto visual es una de las claves. Según Espinosa, «tienes que mirarla y que te diga algo, que te cause impacto al girar una calle y descubrirla. Ese es el principio de que algo bueno va a pasar». O, en este caso, contemplar.

A partir de ese instante, hay cinco pasos o aspectos que se pueden observar, a juicio de estos dos maestros artesanos. Uno de ellos es el atrevimiento, ya que «hay que ver cuánto ha arriesgado el artista a la hora de alejarse del centro de la figura de la base», explica Ferrer, que recomienda no perder de vista la maqueta para poder entenderlo mejor. Porque hay falla «más allá de los grandes volúmenes».

Otro aspecto que recomiendan tener en cuenta es la composición, es decir, que el monumento esté integrado por figuras completas. «Aquí no puede pasar como en un cuadro, que das la vuelta y está el bastidor», reflexiona este artista.

Tonos mediterráneos

Escultura y colorido son otros puntos de especial interés. En el caso del primero, por ejemplo, Ramón Ferrer diferencia entre la clásica y la moderna y hace especial hincapié en que «no sean cómics, una tendencia de la que se está abusando mucho en los últimos años». A su juicio, porque no hay base de estudios de Bellas Artes.

En el segundo caso, el color, Espinosa, que imparte clases en el título de técnico superior de artista fallero y foguerer, reconoce que es un aspecto que depende de cada profesional pero que la clave está en los tonos mediterráneos, mucho más atractivos cuando los ninots están en la calle. «Si se emplean tonos oscuros, por la noche el monumento se pierde. La luz del sol es mucho más atractiva. Aunque una falla bien pintada debe verse bien por la mañana y por la noche».

A lo que Ferrer añade que es importante «no cambiar de un color a otro sin justificación o pintar elementos con colores que no le corresponde, porque es algo que le chirría al público». Sin olvidar el acabado de los pulidos, apunta Espinosa.

La sátira

Y como punto más importante el ingenio y gracia, «habría que potenciarlo. Hay que sugerir, no caer en lo evidente y no ser soez», reflexiona Ramón Ferrer, que también aboga por vaciar «de cartelitos» el monumento. «Una falla tiene que ser fácil de ver y, por tanto, de entender a la primera, sin cosas que le choquen, comentó.

Para Espinosa «una falla no tiene que ser difícil de interpretar. La sátira debe ser crítica o exaltación de algo, no hay que buscar interpretaciones enrevesadas». Ocurre lo mismo con los ninots, «debes saber desde el primer momento si es un ángel o un diablo; si no, hay un problema en la trama que plantea el artista». Y aquí recupera un consejo que ya dio la poetisa Ampar Cabrera en una entrevista a este periódico: «el llibret es un buen recurso para recorrer la falla, es el guión de esta película».

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