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David Moreno y Miguel Arraiz, con el proyecto que hicieron para Castielfabib.
Viaje de ida y vuelta para la falla del desierto de Nevada

Viaje de ida y vuelta para la falla del desierto de Nevada

El proyecto se plantará en el Burning Man y se quemará en Valencia

Lola Soriano

Martes, 10 de mayo 2016, 00:05

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VALENCIAEn prácticamente un mes verán el sueño cumplido de hacer las Américas y exportar las Fallas a Black Rock City, en el desierto de Nevada. Ese es el tiempo de que dispone el equipo formado por el artista fallero David Moreno y el arquitecto Miguel Arraiz para dar forma a un proyecto que se inspirará en la historia de la Lonja y que se ha bautizado como 'Renaiximent'.

Desde el pasado verano Moreno y Arraiz han estado dando vueltas a la posibilidad de romper las fronteras y dar a conocer el arte valenciano, pero ha sido ahora cuando han dado de forma oficial el 'sí quiero' al Burning man, el festival de arte que reúne a 65.000 personas en el desierto de Nevada.

Estos creadores recibieron hace unos meses la confirmación de una beca de 25.000 dólares concedida por la organización de este evento, pero es ahora cuando han dado un paso más, ya que han aceptado el reto y han firmado el contrato que les compromete a llevar una falla.

Moreno quiere dejar una cosa clara: «No es un proyecto de Miguel y mío. Vamos allí a enseñar las Fallas y a hablar de Fallas».

Aunque desde un principio querían sacar adelante la propuesta, reconocen que no está siendo fácil, tanto por el presupuesto, como por la logística del transporte.

La iniciativa de exportar el arte de las Fallas hasta Nevada precisará de una inversión de entre 140.000 y 150.000 euros. La creación de la falla se llevará una parte importante, pero el resto se precisa para el operativo del traslado.

Aunque el festival se celebra del 28 de agosto al 5 de septiembre, la falla tiene que estar terminada en junio «porque es entonces cuando tiene que facturarse por vía marítima», comenta David Moreno.

Y es que la falla 'Renaiximent' tendrá que ponerse dentro de un contenedor y «viajar en barco hasta la ciudad de San Francisco», explican Moreno y Arraiz. Tardará varias semanas en llegar al Pacífico, pero aquí no termina el periplo. Luego «tendrán que trasladar la falla hasta el desierto de Nevada y hay una distancia de 900 kilómetros».

No es una operación fácil, «porque tenemos que contratar hasta grúas que luego puedan, en medio del desierto, descargar la falla para empezar el trabajo de montaje», explican los dos valencianos.

Además, esta falla se tiene que llevar a Nevada y luego tiene que regresar a Valencia. Ya que el viaje de este proyecto es de ida y vuelta. Por eso, precisamente es el transporte el que se lleva buena parte del gasto, tanto por el desplazamiento en barco hasta América, como por el traslado por carretera. El proceso puede costar 20.000 euros.

El motivo que explica el viaje de vuelta a casa es que «en este festival no se permite quemar ni cartón ni papel por la contaminación de pavesas que se podría producir en el desierto».

Por eso, «queremos ir a la esencia de las fallas. Lo que irá dentro del contenedor será un homenaje al saber acumulado por cientos de artesanos a lo largo de siglos de aprendizaje. En definitiva, la falla es un tributo a lo que para nosotros es el eje de nuestra fiesta: el taller fallero», explicó David Moreno.

La falla no arderá en el Burning Man y «la idea es traerla de vuelta a casa y quemarla en Valencia cuando complete de nuevo el recorrido a la inversa», argumentan.

En un principio, al parecer, pensaron en, una vez expuesta, cortarla y no conservarla, pero luego consideraron que era mejor traerla. Va a viajar a Black Rock City y volverá con todas sus huellas, con todo el polvo del desierto se volverá a montar para convertirla por fin en una falla que arda en las calles de Valencia», comentó Moreno.

Así pues, antes de viajar en barco, la montarán en el taller para comprobar que el resultado es el esperado, para luego desmontarla para el transporte. Una vez en Nevada, tendrán que repetir el proceso de montaje. Y las fallas de Torrent van a realizar la base de mosaico de madera que soportará la falla.

Otro reto importante que se les exigía es que la falla «pudiera afrontar condiciones extremas. Pedían cálculos de aguantar unas rachas de viento de 160 kilómetros por hora». La geometría que aplicarán en el cartón harán que esto sea posible.

La Lonja

La falla pesará unos 8.000 kilos y podrá ser visitable. En cuanto a la temática, el festival proponía un taller de Leonardo Da Vinci y Moreno y Arraiz se han inspirado en el momento de los Borgia y en la creación de la Lonja como poder civil y económico de la Valencia de la época. La Lonja era el edificio donde se hacían los negocios justos. «Los vicios se quedaban fuera, algo que ha quedado reflejado en las figuras grotescas de la fachada», añade Arraiz.

Han previsto llegar al desierto el 18 de agosto. «En principio van a acompañarnos 20 voluntarios y necesitaremos dos días para crear primero el campamento con las tiendas, duchas y la comida, porque una vez en el desierto, ya nos quedaremos hasta que acabe el festival», explican Moreno y Arraiz. Necesitarán siete días para levantarlo y cerca de tres días para su retirada.

Aunque ya cuentan con los 25.000 dólares de partida aportados por los organizadores del festival, ahora están moviendo cielo y tierra para pedir la colaboración de fundaciones, empresas y administraciones para convertir en real el reto de llevar una falla a América y exportar el saber hacer de los artesanos valencianos y la esencia de la fiesta de las Fallas.

Además, están pensando poner en marcha a finales de mayo o a principios de junio un proceso de crowdfunding para conseguir parte del presupuesto con la ayuda de todos aquellos que quieran ayudar a conseguir el reto de llevar la falla a Nevada.

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