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Demarcación de Nou Campanar, con la falla de Pedro Santaeulalia de 2007 rodeada de luces. :: fotos: nico garcés
El último capítulo del libro de Nou Campanar

El último capítulo del libro de Nou Campanar

Los artistas de la comisión que ha levantado las fallas de más presupuesto y volumen de la historia narran las anécdotas de la plantà

LOLA SORIANO

Lunes, 27 de junio 2016, 23:40

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valencia. Este mes se ha oficializado la disolución de Nou Campanar, una comisión que ha hecho historia por su apuesta firme por las fallas y por sus dilatados presupuestos. Aunque escribieron sus últimas páginas del libro fallero de 2015, el paso del tiempo no podrá borrar un magnífico palmarés consecutivo.

La falla nació en 2003. Y apostó fuerte, puesto que hizo su aparición en Primera A y su ascenso fue rápido. En 2004 ya se codeaba con los más grandes. Enamorados de la fiesta como Nico Garcés, de la agrupación Benicalap-Campanar, recuerdan que en 2004 «Nou Campanar ya consigue el primer hito con el doblete de primeros premios en Especial. Hasta esa fecha sólo Na Jordana lo había logrado. Al año siguiente se repitió y al otro y al otro. Así hasta siete primeros premios en Especial y otros tantos en infantil».

Este valenciano, que colecciona maquetas de grandes artistas, añade que habrá hitos difíciles de olvidar como «cuando en 2009 se plantó la falla más cara de la historia. También es inolvidable el proyecto de Pedro Santaeulalia de 2007, considerada por muchos como la mejor falla de la historia. También en 2005 hicieron el ninot más grande y así, récord tras récord, se convirtieron en visita ineludible durante las Fallas».

Si monumental fue la altura de muchas propuestas, la inversión parecía de ciencia ficción. En 2005 tenía un presupuesto de 600.000 euros. En 2006 fue similar y la infantil fue de 120.000 euros. En 2007 la inversión subió a 720.000 euros y en 2009 se previó alcanzar el millón de euros, pero se renegoció.

Los primeros artistas que pusieron su 'bandera' en esta comisión fueron Agustín Villanueva, Alejandro Santaeulalia y Jordi Ballester.

Primeras firmas

Alejandro Santaeulalia comenta que su aterrizaje en esta falla fue por casualidad. «Estaba buscando apartamento en Jávea y un buen amigo me comentó que podía asesorarme Juan Armiñana. Le llamé y me dijo que precisamente estaba hablando de mí. Quería ver si Villanueva y yo le hacíamos la primera falla. Estábamos haciendo parques temáticos y la falla municipal y le dije que mejor otro año, pero luego él habló con Villanueva y lo convenció».

En el siguiente ejercicio subieron a Especial, «y como Villanueva y yo tomamos distintos caminos, pasé el testigo a mi hermano Pedro». Recuerda con cariño los trabajos de esta falla. «Fueron grandes fallas que no se volverán a ver. Hay que guardarlo en la memoria».

Pedro Santaeulalia asegura que «toda la familia hemos estado muy vinculados a Nou Campanar». Explica que el gran tamaño de las fallas hacía necesaria una logística especial. «Necesitabas un gran equipo y tres grúas porque eran piezas bestiales. Un año llegamos a sacar piezas ya un 28 de febrero».

Después de cinco fallas con la firma de Pedro Santaeulalia, en 2009 tomó el relevo Julio Monterrubio con el lema 'Esta falla tiene... mucha tela'. «Me pidió Juan Armiñana si le podía hacer una falla y le dije que necesitaba dos años para crearla. Sé que era algo atípico, pero lo aceptó. Comencé a proyectarla en 2007». Monterrubio tuvo como recompensa un primer premio.

Pero la entrada de Monterrubio en Nou Campanar no fue con las fallas grandes, sino con las infantiles. Llegó a hacer seis. La primera, 'Canción de cuna' en 2006. «Le dije a los falleros que durante dos años me tenía que ir a vivir a Madrid y me dijeron que no había problema, que las hiciera en la capital de España. Así es que me alquilé allí una planta baja e hice las de 2006 y 2007».

Según Monterrubio, entrar en «Nou Campanar era para un artista fallero como estar en el cuento de Alicia en el País de las Maravillas. Nou Campanar ha dado mucho a Valencia».

En 2009 se iba a hacer la falla que rozaba el millón de euros. «Se produjeron problemas y se paralizó, pero pudo más el cariño que teníamos tanto la comisión como yo por las Fallas que la crisis. Con esfuerzo de ambos se llevó a cabo», indica. La falla tenía 50 metros de ancho y 27 metros de altura. «Podías diseñar lo que quisieras porque había sitio. No lo llenabas ni con la imaginación», afirma.

En 2010 Pere Baenas sorprendió con la falla de 'El beso'. «Fue una falla majestuosa. Con un remate grandísimo con dos figuras que llegaban a los 25 metros. «Era un proyecto con tantas piezas, que tardamos 15 días en transportarla y montarla», según Baenas. Recuerda que «el remate se montó con dos grúas. Sólo el medio cuerpo del hombre era más grande que algunas fallas de Especial y pesaba 9.000 kilos. Tuvo que repasar un ingeniero los cálculos».

Miguel Santaeulalia Serrán cosechó premios en las fallas grandes e infantiles, además, colaboró con su hermano Pedro. «En 2004 el remate de la falla no cuadró a la primera y nos tocó bajarlo y arreglarlo y teníamos 200 personas como espectadores. Estaban hasta los presidentes de la competencia», bromea.

En 2008 los hermanos Santaeulalia coincidieron en la plaza. Pedro hacía la grande y Miguel la infantil. Y en 2004 y 2005 Pedro coincidió con su padre. Miguel Santaeulalia Nuñez afirma que «trabajar en Nou Campanar podía considerarse como el sueño de todo artista».

Bernardo Estela, artista infantil de 2009, reconoce que «fue una época chula. Hice un estilo moderno y me volví loco poniendo figuras. Había más de 50 y me di cuenta de que para justificar el presupuesto no era necesario poner tantos ninots».

Los últimos artistas fueron David Moreno y Miguel Arraiz. Moreno hizo primero en 2014 la falla infantil y al año siguiente la comisión dio el giro hacia los proyectos experimentales. «En 2014 iba a cogerme un año sabático, pero no puede decir 'no' a una falla experimental». Miguel Arraiz añade que «fue un proyecto para abrir el debate y pensar hacia dónde llevar las Fallas». Luego el viento y la lluvia les jugó una mala pasada.

Fallera mayor infantil

Esta comisión no sólo logró grandes premios, además, impulsó diversos proyectos sociales y solidarios. También hizo fallera mayor a Irene Villa; tuvo una joven en la corte, Ángela Garín, y una fallera mayor infantil de Valencia, María Berbel (2008). La propia protagonista recuerda con emoción que «siempre esperábamos con ilusión la llegada de las grandes piezas. Desde el balcón de casa veíamos la falla».

María Berbel comenta que «cuando los artistas estaban trabajando nos ofrecíamos a ayudarles, aunque fuera a poner el césped». Durante el año de reinado, «aunque tenía muchos actos oficiales, al terminar, pasaba por la falla para ver a mis amigos y ver la imponente falla».

Este año se cierra el libro que escribe la historia de Nou Campanar, pero tendrá que pasar un año para que cualquier falla colindante pueda pedir la demarcación. Presidentes como Juan Armiñana o Antonio Platero han declinado hacer declaraciones.

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